Nos la liaron en el Check-in.
Somos una familia de 2 adultos y 2 niños y nos alojamos en este hotel el puente de agosto para ir a la Warner. A pesar de ser caro para una familia y estar bastante alejado, pensamos que seria una buena opción por ubicarse lejos del ruido y las calles del centro de la capital.
Aquí os contamos nuestra experiencia con este hotel, en la que por falta de empatía, tacto con el cliente y un detalle feo, la balanza de nuestra opinión se inclino hacia el lado negativo:
Después de un largo viaje al realizar el Check-in a la llegada al hotel nos atendió una chica joven que nos dio la impresión de nerviosa y con falta de experiencia, nos pidió los DNI de los adultos y hasta en dos ocasiones tuvimos que entregarle la documentación de la reserva porque se “cerro el programa”. No pasa nada, somos humanos… La chica se disculpo y las disculpas fueron aceptadas. Pero al devolvernos toda la documentación de la reserva, las tarjetas de la habitación y los DNI, se olvido de entregarnos uno de los DNI sin que nos diéramos cuenta.
Pues bien, por lo que se ve estuvo todo el puente en la recepción el DNI y nadie de recepción nos aviso, el día de salida al realizar el Check-out lo mismo, nadie se percata que uno de los DNI de la habitación 122 aun no se ha entregado. Fue al llegar a casa cuando nos dimos cuenta de que faltaba, llamamos al hotel y nos confirmaron muy fríamente que si, que estaba allí. Siendo un error suyo lo lógico es pensar que al menos facilitaran su devolución. Pero lejos de eso, en el mismo tono frio y distante, la señorita al teléfono nos culpa de olvidarnos el DNI y “nos invitan” a gestionar la recogida pues ellos no envían nada. Bien, pues ese detalle feo es el que “nos invita” a contar hasta el mas mínimo detalle del funcionamiento de este hotel;
UBICACION-. A pesar de estar lejos tanto del centro de la capital como de nuestro objetivo la Warner, nos gusto su ubicación y su entorno, encontramos ambos días aparcamiento en la misma calle del hotel y la zona es tranquila al menos en días de fiesta, laborables será otro cantar tanto para encontrar aparcamiento como de movimiento por la cantidad de bloques de oficinas que hay en la zona. Ojo con aparcar en la zona indebida que los municipales andaban con libreta en mano multando.
Otro punto a favor es que existe a excasos 10’ andando un gran centro comercial “Plenilunio” con una variedad increíble de restaurantes y cafeterías que seguro le dan mil vueltas al del hotel.
PERSONAL-. Es distante, serio y con muy poco tacto con el cliente. No esperes que el personal se anticipe al saludo por los pasillos. Tan solo la chica que servía el café en el desayuno y la socorrista, aportaban algo de simpatía al hotel.
HABITACION-. La habitación la verdad es que estaba francamente bien, nos encanto, muy espaciosa y con mucha luz.
Del aire acondicionado tan solo regulas la velocidad del ventilador, la temperatura da igual que la regules o no, la controlan ellos. Menos mal que a la noche refrescaba y pudimos abrir las ventanas. En cuanto al ruido exterior como es una zona de edificios de oficinas y ser puente se podía dormir perfectamente con las ventanas abiertas.
La limpieza muy justita, no me pareció ver todo tan extremadamente limpio como aseguran algunos. Restos de orín en la taza y mas que motas de polvo en la habitación. Nos choco que en un hotel de 4 estrellas en el que pagas una pasta ni tan si quiera vinieran a limpiar y hacer las camas.
DESAYUNO-. Desayuno normalito y con producto de dudosa calidad; jamón serrano de la serranía y bollería y pastelería ridícula en el que el producto casero brillaba por su ausencia.
PISCINA & SPA-. La piscina con agua turbia y salada a casi 400km del mar nos dio mucho que pensar… En cuanto al SPA para el que supuestamente había que reservar, decir que era cutre y estaba a merce del usuario, pues no había nadie que lo controlase. Allí se metía todo kiski, sin hora y sin vergüenza. El baño turco tenia la temperatura muy baja ademas de tener un fuerte olor a orín, las duchas de contraste eran de pin y pon, lo único que merecía algo la pena era la sauna y el jacuzzi en el que tuvimos que esperar que la gente sin reserva se aburriese de las pompitas.
Quizás todos estos detalles los hubiéramos pasado por alto si no hubieran tenido el detalle feo con el DNI, pues la verdad es que salimos de alli con un buen sabor de boca.
Espero haber sido de ayuda tanto para el cliente final para que sepa por que esta pagando, como para que el hotel ponga remedio a todos esos puntos negativos. Gracias por dedicar tiempo a leer esta reseña. Un saludo.